martes, 10 de septiembre de 2013

Comentario de Vicente Gallego a la obra de Antonio Praena "Yo he querido ser grúa muchas veces"

 
 
 
 
 
 
 
CONTRA lo que el clero ha representado en Occidente durante demasiados siglos, ¿no será acaso el verdadero sacerdocio una plena apertura del alma en la que todo queda comprendido, amorosamente contemplado? Antonio Praena —verdadero sacerdote por ser un hombre que ama y que vive a pie de calle—, viéndoselas en el poema con strippers virtuales, escuchando a Sigur Rós, cantando la belleza de los cuerpos y volviendo en taxi al hotel tras una noche de juerga y de pecado es una gran noticia para la orden de los dominicos, que tanto honró la prosa viva, liberadora, del maestro Eckhart.
También la poesía está de enhorabuena con esta confirmación de una voz que trata con idéntico desparpajo los asuntos mencionados y el misterio de la kénosis; que sabe escuchar el silencio clamoroso de los claustros, el clamor de la naturaleza y la hermosura vibrante de este mundo. La hondura y el donaire conviven en estos versos que jamás rehuyen las emociones, que sangran por los cuatro costados y fluyen con precisión, con acusada musicalidad y pulso seguro.Bienvenido, amigo lector, a esta casa en la que todaslas ventanas respiran aire fresco.
VICENTE GALLEGO
 

 

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