de izda a dcha, Mila Villanueva, Juan Ramón Barat, Pilar Verdú y Ana Pérez Díez. |
El pasado 1 de octubre, se presentó en el salón de actos de la SGAE, con enorme éxito, la obra de nuestra socia y colaboradora Pilar Verdú, galardonada con el Premio Gerardo Diego de Poesía. Enhorabuena, Pilar, y gracias por ofrecernos una obra tan extraordinaria.
Juan
Ramón Barat nos presentó a la autora en clave de humor con una excelente
introducción, como no podía ser menos conociendo el ingenio del escritor. La poeta
Ana Pérez leyó el texto que Elena Escribano- ausente por
motivos ajenos a su voluntad- había escrito sobre el poemario, donde comenta lo siguiente:
Y
ceniza y humo es lo único que no encontraréis en estos poemas, todos son
esenciales, como corresponde a un libro que, ni más ni menos, aspira a
mostrarnos el AXIS MUNDI, el eje del
mundo, lo que sostiene la vida y la endereza" [...].
Elena Escribano
"Unos versos tan luminosos y trabajados que
difícilmente encontraremos en ellos una palabra de más, ni una idea de menos.
Trabajados
con la eficacia del diamantista, han sido pulidos y facetados con precisión
milimétrica para que su luz se multiplique por la perfección del tallado. Y es
que la inspiración, ese magma incandescente, que decía Bécquer, arrastra lava,
pero también ceniza y humo, y el buen poeta tiene que conseguir que ese interior
de fuego se enfríe y se condense para llegar a ser una gema preciosa que
contenga luz y la proyecte.
Y lo consigue gracias a un lenguaje
poético depuradísimo, sencillo y hondo, como el de los clásicos. Su lenguaje
poético, aparentemente sin artificio, ilumina hacia adentro, contenido y potente
como la luz guiadora de los faros que advierten a la vez de la costa y del
peligro de sus acantilados.
Este libro de poemas es así, como un faro,
otra vez sólido y ascendente como el árbol, y como él, portador de luz, guía
para el naufrago que todo lector lleva por dentro.
Porque no nos engañemos, leemos poesía no
para conocer al autor o su obra, eso solo lo hacen los profesores de
Literatura. Leemos poesía para vernos por dentro, para que nos conduzca por los
vericuetos de nuestra mente hacia el secreto del por qué somos así o por qué
sentimos así. Y el poeta que lo consigue se vuelve faro, maestro y luz. Y Pilar
lo ha logrado con un lenguaje tan rico como sencillo.
Elena Escribano
Y aquí las palabras de la propia autora:
"Jamás, pues, osaría proclamarme dueña de mis palabras, pues me siento-y ya es mucho- usufructuaria de ellas. Hermosa, como siempre, la etimología: usus fructus, el uso del fruto. Porque justo eso son las palabras: alimento nacido de la tierra, brotado de un árbol cuyas raíces se hunden en lo más profundo del subsuelo, que se levanta atravesando el aire-porque como dijo Octavio Paz, el poema es el lenguaje erguido-y llega al cielo, da flores y fruto de sabiduría. Por eso este libro está lleno de árboles. Por eso tiene presidiéndolo una montaña-otro eje vertical sagrado que une Cielo y Tierra- . Por eso las palabras son protagonistas en todos los sentidos: porque se ven, se huelen, se oyen, se saborean, se tocan.
"Jamás, pues, osaría proclamarme dueña de mis palabras, pues me siento-y ya es mucho- usufructuaria de ellas. Hermosa, como siempre, la etimología: usus fructus, el uso del fruto. Porque justo eso son las palabras: alimento nacido de la tierra, brotado de un árbol cuyas raíces se hunden en lo más profundo del subsuelo, que se levanta atravesando el aire-porque como dijo Octavio Paz, el poema es el lenguaje erguido-y llega al cielo, da flores y fruto de sabiduría. Por eso este libro está lleno de árboles. Por eso tiene presidiéndolo una montaña-otro eje vertical sagrado que une Cielo y Tierra- . Por eso las palabras son protagonistas en todos los sentidos: porque se ven, se huelen, se oyen, se saborean, se tocan.
La poesía es, como el árbol del bien y del mal, un medio de
conocimiento: de nosotros mismos, del mundo que nos envuelve, de ese mundo al
que el poeta debe permanecer siempre atento. Qué bien lo dijo el maestro
Alberti en estos versos que me hacen temblar, porque la belleza es un temblor: “La poesía es no estar sentado, es no querer
morirse, apasionadamente. Es entrar en el alba a cuerpo limpio en las ondas del
día, es no dormir y ser el alba antes del alba”. Hay que ser valiente para entrar en el alba a cuerpo limpio, para desnudarse de cuanto nos
cobija y, a pecho descubierto, lanzarse hacia una luz cegadora, hacia el espejo
inmisericorde que te pondrá ante ti mismo, ante los hombres y ante tu Dios o tu
falta de Él. Pero aunque puede ser en extremo doloroso el hallazgo, trae también,
si lo logras, la serenidad de la aceptación y del abrazo con el otro, con el
prójimo que encuentra en un verso su mismo latido, esa respiración a la que
nunca supo ponerle nombre."
Pilar Verdú del Campo
Esperamos que Pilar nos sorpenda pronto con alguna nueva obra...
Fotografías: Elga Reátegui
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