domingo, 30 de junio de 2013

Monserrat Cano en Primado








Fue un auténtico placer presentar a la polifacética escritora Montse Cano el pasado mayo en la Librería Primado, en compañía de Juan Ramón Barat y Pilar Verdú. En concreto su libro de poemas: Arquelogía, cuyo Prólogo os transcribo:

A veces el arte es un espejo. O la realidad es un paisaje hilvanado de palabras. Un foco de luz que resulta el detalle de un gesto. O la emoción del viaje.

En contadas ocasiones un libro contiene casi todo: la arena de los zapatos, la arruga en el contorno del reloj, el álbum de las fotos que no nos gusta ver, las hojas pares de una enciclopedia, la esquirla de una estrella, la luz, las ideas, la luz, la inteligencia, toda la luz...

Apenas unos pocos libros se convierten en sostén, maestro, compañía, senda, a los que vuelves a volver porque son necesarios. Es decir, lo que ocurre con la joya literaria, con la esencia del arte, con la obra bien hecha.

"Arqueología" de Montse Cano es todo eso y mucho más. Tiene todas las cosas que cada lector sea capaz de ver sobre el ser humano y sobre sí mismo. Es decir, la realidad que siempre es susceptible de ser única a cada individuo.

La autora conoce perfectamente la materia de la que está hecha la Historia y con ella moldea los versos en un mundo sin mentira, donde el tiempo y la geología acaban siendo los protagonistas de un escenario en el que el ser humano es la consecuencia de un giro constante y machacón y la cusa de todo desastre. Capa a capa de un ascenso, este poemario nos hace comprobar cómo las cosas no han cambiado mucho e irremediablemente somos el fruto de los que fueron.

Dos poemas cortos, a modo de prólogo y epílogo, contienen entre sí este poemario dividido en cuatro partes, como cuatro álbumes privados e inéditos de la Historia Universal. La primera correspondería a la Prehistoria. La segunda, a la Edad Antigua. En la tercera, el recorrido se extiende hasta la era contemporánea. La cuarta es el momento que nos ha tocado vivir. Imágenes, pequeñas escenas, el leve recorrido de un caminar, gestos que se sobreponen, la exuberancia de un paisaje...momentos íntimos y únicos que nos hacen sentir voyeur, espectadores de acontecimientos realmente importantes en el transcurso de la evolución, Y de ahí, el mayor aprendizaje, la demostración de algo que solemos repetir de boquilla y casí incrédulos que lo verdaderamente importante está en las pequeñas cosas, en
los sencillos actos cotidianos, Y, que al final, la Historia también la hacemos nosotros. No es la obra coral o la foto de conjunto la que lo dice, sino un pequeño gesto. La poeta no nos muestra la batalla sino el latido de uno de sus soldados, no nos muestra la diáspora sino el paso cansado de quien se ve obligado a caminar. En resumen, nos hace verlo todo desde el interior, hartos como estamos ya de ver el exterior de una sucesión de datos y listas que sólo engrosan la estadística o la repetición.

Con un lenguaje aparentemente sencillo, Montse Cano, nos introduce en una cueva platónica en la que poder vislumbrar nuestra propia sombra, para después ir ascendiendo por los diferentes estratos de lo que ha sido la estirpe, genealogía del mal hecho virtud o el error convertido en norma, o la simple debilidad irremediable. Maestra en los finales de poema, Montse nos radiografía el mapa de un acontecimiento para acabar dejándonos desnudos ante él.

El ritmo interno de los versos corresponde a una melodía sutil que respeta los orígenes, pero con la veracidad de una visión sincera, exenta de adorno superficiales. El orden de los poemas es preciso, el itinerarios de un viaje a través del tiempo o la sangre. Arquitectura perfecta.

Poesía delas ideas, llegar a la emoción a través de la razón poesía que invita a reflexionar. Poesía existencial, al fin y al cabo, poesía necesaria.

A veces hay libros que son un compendio de humanidades: filosofía, historia, arte, y que verían ser de lectura obligatoria. Más en estos tiempos de pérdida y extravío. Este es sin lugar a dudas, un clarísimo ejemplo.

Lector, tienes entre tus manos una reedición que obtuvo el premio Dionisia García de la Universidad de Murcia en 2003. El disfrute está más que asegurado. Atrévete a profundizar. Atrévete a pensar. Atrévete a vivir.

(Ana Martín Puigpelat)

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