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De izda a dcha: Ana Noguera, Vicente Muñoz Puelles y Mila Villanueva. |
Poemas de apertura y final de al intervención de Concilyarte (poesía científica) dentro de la jornadas sobre Marie Curie celrbradas en el Paláu Cerveró.
Insaciable
curiosidad que agranda
la mente al
infinito,
sin medida métrica que contenga
el corpus del saber.
El brillo del rayo azul despertó
al desconocimiento.
Una inquieta mirada microscópica
se ennegreció con las sales de
uranio.
Tubos de ensayo bajo el
delantal
bolsillos de isótopos
radiactivos,
la muñeca rota en el escritorio,
se entremezclan los juegos de
la vida,
los amores, los elementos
químicos,
alfa, beta y gamma fueron
princesas
de los relatos de la nueva
Ciencia.
Tus pupilas, que reflejan la
luz
azul-verdosa, sin diferenciar
entre el conocimiento y la
ternura.
Prensada por temblores en tu
cuerpo,
tus manos irradiaban
fluorescencia.
Como una diosa, una maga o una
bruja,
Elegida para buscar lo oculto,
e investigar secretos enigmáticos
de las propiedades de la materia.
Ana Noguera
Tus ojos,
acostumbrados
a la forma de los símbolos
al brillo
opaco de las redomas
al laberinto
de la materia
el baile de los
elementos
el enigmático
número pi
los números
atómicos
las fórmulas
magistrales, los logaritmos,
la plata del
uranio
el gris
ceniza del berilio
o el blanco
inmaculado del radio
cuando perdieron
la luz
casi al final
de tu vida
tal vez a
causa de la radiactividad,
esa vida íntima,
apasionada relación entre el microscopio y tú…
fué todo ello
lo que guardaron tus retinas
o tal vez
sólo fue el verdor de las praderas de Francia
que
recorriste en bicicleta recién casada
a la par de
tu esposo
con quien
todo lo hacías a la par
hasta aquella
tristísima mañana de abril de 1906?
Qué ábaco te
ayudo a contar Marie
tus días de
soledad?
Mila Villanueva