lunes, 17 de diciembre de 2012

Poema de Antonio Praena cedido para las Jornadas sobre la Muerte en la SGAE




PERO NO



Estoy lleno de muertos,
de perros muertos y hombres muertos.
Mi corazón es un inmenso cementerio
de perros y de hombres cuya carne
se pudre y se confunde: soy el mundo
y el tiempo en el que el mundo se disuelve.
Podría contagiarme de esta podre,
abrir mis duros ojos con espanto
dejando que la luz partiese de ellos
y ser un muerto más de abiertos ojos 
al terror del vacío.
      Pero no:
el mundo no es tu oscuro corazón.
No cabe en tu sepulcro la belleza.
No te has dado la vida, te precede
y habrá de conservarte cuando acabe
la oscura vanidad que hay en tus ojos.
Hay pájaros ahí fuera. Está la tarde
dorada destellando en las esquirlas
de nubes y de antenas. Está el viento
jugando con las hojas, y en la hierba
dos perros son sustancia compartida
por un nudo de carne que los une
a un trance que no puede detenerse.

Grita hondo, revienta tu camisa.
De lejos eres gloria innumerable.
No hay muerte en la que quepa tu misterio.



El poema fue recitado por Rafael Correcher

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